jueves, 9 de julio de 2009

3a, VELADA DEL FIJM: SEMBRANDO MELODÍAS EN LA NOCHE INFINITA


BLUES ELÉCTRIZANTE, JAZZ CLÁSICO Y GUITARRA ESPAÑOLA, EN LA TERCERA NOCHE DEL FIJM


Por FRANCISCO ORTIZ VELÁZQUEZ / Communivision Canadá.

MONTRÉAL, Québec, 3 de julio, (CPN Press News).— La noche se llena de electrizantes acordes con un requinto bluesero que llora, emana desgarradores lamentos, casi habla y grita con voz de mujer. Philipe Sayce arranca notas imposibles que hacen recordar tanto a su ídolo Stevie Ray Vaughan como al mismÍsimo Jimmi Hendrix...


Poco después, cuando parecía que la lluvia no se presentaría, por tercer día consecutivo se desgajan las gruesas gotas, pero esta vez al ritmo del jazz clásico de Colin Hunter, un “crooner” al estilo de los grandes como Sinatra, James Dean o Tony Benett y que trae reminisencias de Nat King Cole, Duke Ellington y Cole Porter, pero con una frescura y un estilo propios, para conducir a la audiencia en un recorrido entre los gigantes del jazz.

Finalmente, la noche seca su llanto y surge de entre un cuarteto de, teclado, bajo, batería y voz femenina, la guitarra española del músico argentino Federico Aubele, para que sus acordes besen el firmamento de Montréal con suaves ritmos y fusiones de rumba, reggae y otra media docena de géneros, con los que culmina esta tercera jornada de música, canto e inspiración.

PHILIP SAYCE Y UN INCENDIARIO BLUES

Philpe Sayce, en el escenario Loto-Québec, ilumina la noche con un incendiario blues que por momentos se transforma en rock duro y hasta a veces en sonidos metaleros, para rendir un tributo musical al héroe de su adolescencia, Stevie Ray Vaughan, cuya muerte en el otoño de 1990 lo marcó y lo hizo devenir, seis años más tarde, en este extraordinario requintista que hipnotizó a todos aquí.

Y con su grupo, Peace Machine, logra en su debut en el Festival, atrapar a todos en un viaje casi sicodélico, ejecutando la guitarra al estilo Jimmi Hendrix, con la boca y luego desde la nuca. Sus dedos sobre las cuerdas sueltan explosivos remates, realizan violentos cambios y de pronto se detienen en un romántico blues que baja y luego sube de tono, para finalizar con una remembranza a Los Beatles en su creación del rock progresivo.

A VOLAR, CON COLIN HUNTER

Pero a continuación viene la calma y el jazz clásico, con la presencia de Colin Hunter y su formación también clásica de piano, saxofón, contrabajo y batería.

Hunter es uno de esos raros artistas que intepretan siempre en sus presentaciones “Come Fly With Me”, lo cual realmente tiene un significado exácto, ya que de día es el presidente y fundador de una aerolínea de vuelos charter, pero de noche se convierte en todo un “crooner” al estilo Frank Sinatra, Tony Benett y James Dean, pero con su sello y frescura personales.

Y con el magnífico pianista Joe Sealy y el no menos espléndido saxofonista Richard Bordel, Hunter realmente hace volar a la multitud, pero no en uno de sus aviones sino a un viaje para recordar a Nat King Cole, con “Unforgettable”, I’ve got you under my skin”, de Cole Porter, la inolvidable canción “Our love is here to stay”, éxito en las versiones de Nat King Cole, Frank Sinatra, Ella Fitzgerald y de Billy Holiday, entre muchos otros.

Interpreta también “Hey there”, “Duke’s in town”, un recuerdo a Duke Ellington, “Don´t blame me”, “In other words”, “Back in time” y la versión en inglés de la canción mexicana “Quien será la que me quiera a mi”, de Luis Demetrio, pero que en inglés popularizó Dean Martin como “Sway”.

Colin Hunter hizo latir fuerte los corazones y puso a bailar a muchos en el escenario principal del FIJM, en la rue Sainte-Catherine, ante unas 40 mil personas.

SEMBRANDO MELODÍAS EN LA NOCHE INFINITA


Y toco al guitarrista argentino Federico Aubele cerrar esta noche, con esa mezcla de rumba, dub, reggae, bolero, bossa-nova, tango y hasta hip-hop, que él define como una síntesis de los ritmos del continente americano y que recibe a veces el extraño nombre de “latin dub trip hop”. “Sembrando melodías en la noche infinita”, dice una de sus canciones, “La Esquina”.

Virtuoso en la ejecución de la guitarra española y acompañado por la dulce voz de Natalia Clavier, Federico desgranó temas de su nuevo álbum 2009, “Amatoria”, como “Otra Vez”: “Ahora que tu no estás / otra vez vuelvo a ser yo / Ahora que tu no estás / Otra vez volvemos a ser dos...” y canciones de anteriores producciones: “En Cada lugar”, “La Esquina” y “Contigo”.

No se puede omitir la actuación del octogenario artista dominicano, José Manuel Cobles, alias “Puerto Plata”, con sus reminisencias de la edad de oro de la bachata y el merengue. Él reúne la interpretación de un veterano fundida con el vigor de un joven, para evocar el ayer con su popurrí “Soy Mujer de Cabaret”, entre mezclas de bolero, merengue, ranchera, bachata y salsa. Una verdadera delicia de ritmos tropicales.

En otros escenarios, Erik Truffaz hizo su segunda persentación, esta vez con su concierto titulado “México”; también se presentó el trompetista americano Chris Botti y su Gran Orquesta; el embajador cubano del latin jazz, el Quinteto de Chucho Valdés, con audiciones clásicas de Michel Legrand y de Charles Aznavour, acompañado del pianista Bebo Valdés.

En fin. Faltan ojos, oídos y omnipresencia para escuchar toda las propuestas musicales de una sola tarde o una noche, en este Festival para el de goce del corazó

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