jueves, 9 de julio de 2009

DÍA 5: DAVID BRUBECK, EL PIANISTA QUE REVOLUCIONÓ AL JAZZ



* Es el autor de la clásica composición “Toma 5”. Festejó los 50 años de su álbum,
“Time Out”, el primero dentro del jazz que ha vendido más de un millón de copias.

Por FRANCISCO ORTIZ VELÁZQUEZ / Communivision Canadá.

MONTRÉAL, Canadá, 5 de julio, (CPN Press News).-- En otro de los grandes momentos del Festival en su primer fin de semana, se vivió otro concierto histórico este sábado, con la presentación del legendario pianista Dave Brubeck, quien con este concierto celebró el 50 aniversario de haber grabado el álbum “Time Out”, que en 1959 revolucionó al mundo del jazz.


Es un disco en el que aportó su estilo, que reune a la vez lo académico y lo revolucionario, con muchas innovaciones que van de lo refinado a lo hasta entonces desconocido, pues se atrevió a adaptar piezas de música clásica al jazz, como “Blue Rondo a la Turk”, de Wolfgang Amadeus Mozart, además de jugar con las improvisaciones y con los tiempos del ritmo y de las escalas.

Toda un rompimiento de moldes musicales dentro del jazz, para aquella época y el inicio de toda una aventura que ha llevado al jazz hasta las fusiones más exuberantes, que lo han enriquecido cada vez más. Este es el primer álbum en la historia del jazz que ha vendido más de un millón de ejemplares.

Brubeck es nada menos que el autor del tema clásico por excelencia, “Toma 5”, quizá la melodía de jazz más conocida en el mundo y la que más identifica a este género aún entre los no aficionados a él. Es la melodía que más versiones tiene en el mundo de la música de jazz, incluyendo una extraordinaria adaptación a la salsa y al jazz latino, de Tito Puente.

Dave Brubeck, a sus 88 años, deleitó al público durante una hora y media, entre verdaderas joyas musicales, anécdotas y cambios de ritmo. Acompañado de tres músicos, este pianista se mostró generoso desde todos los puntos de vista, dejando que sus comparsas envolvieran a todos, con improvisaciones impresionantes y compartiendo con el público ese sabor musical que ha hecho de él un compositor genial, capaz de manejar y combinar los ritmos como nadie antes que él.

Y todavía tuvo la disposición de charlar con los espectadores y explicarles, por ejemplo, cómo fue capaz de componer piezas tan intrincadas pero tan bellas como “Three to Get Ready and Four to Go”, “Tres para estar listo y cuatro para irse”: “Esto es lo que se puede hacer... Cuando uno está de suerte...”, dijo sonriendo.

Dave Brubeck también hizo subir al escenario a su hijo, Matthew, violonchelista de talento que enseña en la Universidad de York y quien interpretó la pieza “Sermón de la Montaña”.

En todo momento, Dave Brubeck y su trío de músicos, también de cabeza blanca, inundaron el recinto con su magia y sobre todo al ejecutar la célebre melodía de la película El Mago de Oz, “Más allá del Aroíris”, que hizo famosa Judy Garland, madre de Liza Minnelli. Él recordó que esta pieza la escribió precisamente Judy Garland.

El espectáculo concluyó con una magistral interpretación de su “ópera prima”, “Toma 5”, con la que demostró que a pesar de su gran edad, conserva todavía una gran agilidad de dedos sobre los teclados.

Y el Festival no podría dejarlo ir sin rendirle un homenaje, por lo que el presidente del FIJM, Alain Simard y el cofundador, André Menard, le dieron al pianista un cuadro de Louis Armstrong que pintó Tony Bennett, dos artistas con los que él compartió escenarios durante su carrera. Visiblemente emocionado, David Brubeck expresó que “Louis es el más grande embajador que los Estados Unidos ha tenido jamás”.

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